miércoles, 24 de agosto de 2011


Cultivo de truchas con poca agua


Investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) diseñaron un sistema para cultivar trucha arcoiris -una de las especies más delicadas de peces- utilizando cantidades menores de agua; los animales son criados en un estanque equipado con un biofiltro que limpia el líquido para reutilizarlo.

Se trata de un sistema cerrado donde es posible cultivar truchas cambiando sólo dos por ciento del agua cada día, lo que reduce significativamente el uso de este líquido en comparación con las granjas comerciales, las cuales reemplazan la totalidad del agua cada dos horas, explicó en entrevista el Maestro en Ciencias Daury García Pulido, corresponsable en la investigación.

"Nosotros sustituimos el cien por ciento del agua cada 50 días (debido al dos por ciento diario), lo que significa que podemos reducir su uso 50 veces; además con sólo 2.5 metros cúbicos de agua (dos mil quinientos litros) producimos un kilo de trucha, mientras que en las granjas necesitan 150 metros cúbicos (150 mil litros)".

El ahorro de agua es posible gracias al uso de un biofiltro (el cual contiene bacterias) que elimina el amoniaco producto de las heces fecales y orina de las propias truchas, compuestos que contamina el agua.

Mediante un proceso biológico, el biofiltro transforma el amoniaco -sumamente dañino para las truchas si permanece en el sistema- en nitratos, prácticamente inofensivos para los peces debido a la mínima cantidad que subsiste en el agua.

"Los nitratos son dañinos en concentraciones muy altas; son necesarios 1300 miligramos por litro de agua para que una trucha muera, cuando nosotros transformamos el amoniaco alcanzamos un máximo de 40 o 50 miligramos por litro, un nivel muy lejano al tóxico".

La transformación se logra gracias a que el biofiltro está formado por una capa gelatinosa llamada zooglea, cultivo bacteriano que se alimentan de amoniaco y lo desecha convertido en nitratos.

Para limpiar el agua totalmente y eliminar desechos sólidos, como restos de alimento y basura arrojada por el viento, los especialistas utilizan un filtro de arena; posteriormente reintegran el agua ya limpia al estanque para utilizarla nuevamente en el sistema de cultivo.

Los investigadores decidieron cultivar trucha arcoiris para probar la eficiencia del sistema cerrado de cultivo, pues se trata de una especie muy delicada y susceptible a la contaminación que requiere oxígeno en abundancia y la inexistencia de amoniaco para sobrevivir, de modo que si lograban cultivarla exitosamente esto significaría que podrían reproducir cualquier otra especie.

Al momento, los investigadores utilizan dos estanques de cuatro metros cúbicos cada uno para cultivar trucha, con los cuales llegan producir aproximada de 12 kilos por metro cúbico, es decir, más o menos 50 truchas de talla comercial.

Aunque el sistema requiere capacitación para operarlo, García Pulido comentó que se puede instalar en cualquier granja comercial y que ofrece la ventaja de no necesitar la presencia cercana de un estanque o pozo, como hasta el momento sucede con las empresas que se dedican al cultivo de esta especie.

Mónica Nava Pérez